por admin | Feb 14, 2022 | Uncategorized
Ante la idea de acudir a terapia psicológica son muchas las dudas que nos pueden asaltar y nos impidan dar el paso; como por ejemplo si la terapia será efectiva o si nos ayudará a solucionar nuestros problemas. También puede influir la incertidumbre de cómo es acudir a terapia, el miedo a los cambios o la incomodidad de exponer nuestros sentimientos y vida íntima ante un desconocido/a. Otras veces entra en juego la creencia de que debemos solucionar nosotros mismos lo que nos pasa o que nuestro problema no es tan importante como para pedir ayuda. Sea lo que sea, lo que tienen en común estos factores es que nos aleja del hecho de pedir ayuda y, por tanto, seguimos alargando nuestro malestar y sufrimiento.
En este post vamos a hablar sobre las expectativas más comunes que suele tener la gente a la hora de pedir ayuda psicológica y en lo que consiste realmente el trabajo que se realiza en consulta.
Expectativas y creencias más comunes sobre la terapia psicológica
A lo largo de mi trabajo como psicóloga especialista en Terapia de aceptación y compromiso (ACT) he podido ver que, en muchas ocasiones, la gente tiene unas ideas y expectativas desvirtuadas sobre acudir a terapia. Estas son las dos más comunes:
“Quiero aprender a controlar mis emociones”. Esta es una de las frases que más escucho cuando pregunto a la persona que viene por primera vez a consulta qué espera conseguir con la terapia. El significado de controlar implica tener la capacidad de decidir e interferir en cómo me afectan mis emociones o qué emoción quiero tener o no. Suponemos que depende de nosotros decidir cuál es nuestro mundo emocional y poder cambiarlo a nuestro antojo. Por este motivo la petición en consulta es querer controlar emociones, para así poder suprimir aquellas emociones “negativas” y poder sustituirlas por emociones “positivas”. Y de esta manera ser más felices. Caemos así en una trampa pues esto no se puede conseguir. En el siguiente apartado veremos la realidad de la gestión emocional.
“Quiero dejar de tener estos pensamientos”. De la misma forma que las personas quieren dejar de sentir emociones desagradables pasa lo mismo con los pensamientos. La petición popular es querer dejar de pensar esto o aquello y tener pensamientos más positivos que no les causen dolor o les impidan hacer cosas. Volvemos a querer controlar. Poder controlar qué tipo de pensamientos voy a tener para así poder deshacerme del sufrimiento que me causan. Y, siento decirte, que esto no funciona así. Lo veremos más adelante.
Cuando se comenta y se explica cuál es el verdadero funcionamiento de las emociones y los pensamientos, las personas suelen darse cuenta de la trampa en la que están inmersos. Así se abren al proceso de terapia bajo una perspectiva más realista. Lo vemos a continuación.
Qué se trabaja realmente en terapia psicológica
Como he comentado anteriormente, mi trabajo como psicóloga se desarrolla bajo el marco teórico de la Terapia de aceptación y compromiso. Atendiendo a este enfoque veamos en qué consiste realmente el trabajo en sesión y los objetivos a conseguir. Estos serían los tres puntos más relevantes:
Gestión emocional.
Hablamos aquí de gestión de nuestras emociones y sentimientos y no de control. ¿Cuántas veces has querido cambiar, eliminar, controlar tus emociones? ¿Has tenido éxito? Casi seguro que no. Tenemos que entender y aprender que nuestras emociones son las que son, no podemos decidir sobre ellas. Todas nuestras emociones son válidas pues nos dan información. Podemos decir que unas son más agradables de sentir que otras pero no por ello puedo eliminarlas. Aceptarlas y aprender a vivir con ellas es la solución más adaptativa, pues no hay otra. Todo lo que nos lleve al control, a la lucha, solo nos hace invertir esfuerzo en una solución que nunca llegará. Por todo esto, durante la terapia se aprende a identificar emociones y a poder estar en presencia de ellas. La aceptación y el no juicio como camino a una relación sana con nuestro mundo emocional.
Gestión del pensamiento.
De la misma forma que no podemos eliminar o decidir cuáles son nuestras emociones no podemos eliminar o decidir cuáles son nuestros pensamientos. El pensamiento se genera de manera independiente a lo que queramos pensar. Si te digo “no pienses en un elefante blanco” automáticamente se crea en tu mente la imagen de un elefante blanco. Vamos entonces a aprender a diferenciar entre pensamiento útil y pensamiento limitante y a gestionar este último. Para gestionar los pensamientos se usan técnicas de defusión. La defusión consiste en separarme de mis pensamientos, en poder observarlos y no apegarme y/o creerme el mensaje que me estén dando. Si mi mente me dice “soy torpe” voy a dejar de hacer muchas cosas debido a que me creo este pensamiento. Si a pesar de tener este pensamiento, dejo de darle credibilidad y hago cosas, será la experiencia la que me diga si he sido capaz o no de hacer aquello que quería. Por eso, durante la terapia, se aprende a estar en presencia de los pensamientos pero de manera defusionada.
Acciones orientadas a valores.
Desde el punto de vista del control y la lucha, al no poder cambiar lo que siento y pienso, me alejo de aquellas cosas importantes para mí. Espero a sentirme mejor o a dejar de tener ciertos pensamientos para actuar según quiero hacerlo pero, me doy cuento que esto nunca llega a suceder. Trabajando la gestión emocional y de pensamiento aprendo a dirigirme hacia aquello que es importante para mí a pesar de sentirme de una determinada forma o tener determinado pensamiento. Aprendo a dirigir mi vida y no a que lo hagan mis emociones y mis pensamientos. Este es el fin último de la terapia, poder actuar y dirigirme hacia la vida que realmente quiero llevar.
Todo ello implica tiempo, trabajo y esfuerzo. No solo se ven cambios por el hecho de acudir a terapia. La terapia psicológica implica un compromiso con uno mismo y con el trabajo propuesto durante las sesiones. Eso sí, siempre con la ayuda, el apoyo y el acompañamiento del psicólogo.
Si crees que necesitas ayuda psicológica no dudes en ponerte en contacto con un profesional. En Casaleiz Psicología estamos a tu lado para ayudarte.
por admin | Ene 18, 2022 | Ansiedad, obsesivo-compulsivo, Terapia de aceptación y compromiso
El trastorno obsesivo-compulsivo es uno de los trastornos de ansiedad por excelencia. El TOC se caracteriza por dos componentes: obsesiones y compulsiones. Comencemos poniendo un ejemplo. Para una persona que padece TOC de limpieza sus obsesiones girarán en torno a la idea de que todo está contaminado o que los gérmenes le van a hacer enfermar, entre otros. Las compulsiones serán lavarse las manos continuamente o dedicar muchas horas al día a la limpieza del hogar. Ahora, profundicemos un poco más en esto.
¿En qué consiste el trastorno obsesivo-compulsivo?
El trastorno obsesivo-compulsivo es uno de los trastornos de ansiedad más limitantes e incapacitantes que conocemos. Como su propio nombre indica se compone de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son pensamientos de carácter intrusivo sobre los que la persona no tiene control. Cuando estos pensamientos aparecen parecen definir exactamente la realidad de la persona que los piensa. Son molestos, provocan sufrimiento e interfieren en el día a día de la persona. Para compensar estos pensamientos intrusivos se llevan a cabo las compulsiones. Las compulsiones son comportamientos repetitivos, bien conductualmente observables o bien de pensamiento, dirigidos a acabar con la ansiedad que producen las obsesiones. Pero paradójicamente las compulsiones no acaban con los pensamientos intrusivos, pues estos vuelven una y otra vez. De esta forma vemos que lejos de solucionar el problema, las compulsiones empeoran la situación de la persona, pues se ve atrapada en un círculo vicioso del que no puede salir. La ansiedad que sufre una persona que padece TOC es muy elevada pues se ve incapaz de salir de esta situación.
¿Cómo es vivir con trastorno obsesivo-compulsivo?
Una de las principales cosas que refiere una persona que padece trastorno obsesivo-compulsivo es su falta de control sobre el problema. Se dan cuenta que las obsesiones y las compulsiones que llevan a cabo son irracionales pero no pueden parar de hacerlo. Al ser algo que no pueden controlar, en muchas ocasiones, lo perciben como algo independiente de su propia persona.
El impacto que tiene este trastorno sobre la persona que lo padece puede llegar a afectar a sus áreas vitales como el trabajo o los estudios o las relaciones de pareja o interpersonales. Esto supone una gran fuente de malestar pues la vida que quiere llevar la persona se aleja de la que verdaderamente lleva.
La autoestima y el autoconcepto de una persona que padece TOC también se ve afectado; sobre todo cuando hacemos referencia a la capacidad percibida para hacer frente al problema, adaptarse a un trabajo o mantener una relación de pareja.
Todo esto es un añadido a la ansiedad que ya sufre la persona por las propias características del TOC. De esta forma el malestar y el sufrimiento de una persona con este trastorno va mucho más allá de un pensamiento intrusivo o tener que llevar a cabo una compulsión. La vida de la persona queda dirigida en muchas ocasiones por su problema y no por su libre elección, lo que conlleva un sentimiento y una sensación de pérdida de control sobre su propia vida.
Terapia de aceptación y compromiso en TOC
El principal tratamiento psicológico para tratar el trastorno obsesivo-compulsivo es la exposición con prevención de respuestas (EPR). Desde este enfoque se expone a la persona a las vivencias temidas con el propósito de que cada vez produzcan menor activación y los niveles de ansiedad bajen. A pesar de que los resultados avalan su eficacia, la exposición es realmente aversiva e insoportable para gran cantidad de personas.
La terapia de aceptación y compromiso supone una nueva aproximación al tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo. Bajo el concepto de “flexibilidad psicológica” se aprende a aceptar los eventos privados y la ansiedad sin luchar o querer eliminarla.
Podemos tratar al trastorno obsesivo-compulsivo como un trastorno de evitación experiencial. La persona quiere evitar y suprimir a toda costa los pensamientos obsesivos y para ello lleva a cabo los comportamientos compulsivos. Esto puede funcionar como un alivio a corto plazo, pero más allá de solucionar el problema, lo continúa y lo agrava. La persona no es capaz de salir de los círculos viciosos de obsesión y compulsión en los que se ve envuelta. Así, la ACT propone un cambio de foco en el tratamiento, dándole prioridad a los valores personales de cada persona y trabajando en la aceptación y el debilitamiento de la literalidad de los pensamientos obsesivos.
En resumen, trabajar bajo el enfoque ACT supone aceptar los eventos privados, quitarles carga literal y realismo, y enfocar y dirigir la vida de la persona en función de lo que es importante para ella, en función de sus valores.
Si padeces trastorno obsesivo-compulsivo y estás sufriendo por ello es importante consultar con un profesional de la salud mental. En Casaleiz Psicología estamos a tu lado para ayudarte. No dudes en ponerte en contacto con nosotros.
por admin | Oct 7, 2021 | Aceptación, Miedo, psicología
Sentir miedo es algo normal y adaptativo. Funciona como una alarma que nos prepara para afrontar el peligro y poner en marcha diferentes estrategias. Cuando percibimos una amenaza, el sentimiento de miedo hace que luchemos, que nos enfrentemos al peligro o, por el contrario, que nos retiremos y nos pongamos a salvo. Evolutivamente, su utilidad ha hecho que sobrevivamos como especie. A día de hoy ya no nos tenemos que preocupar por sobrevivir, pero el miedo sigue con nosotros. Ahora sentimos miedo por otra serie de cosas ya no tan ligadas a la supervivencia pero este sentimiento nos sigue siendo útil para afrontar diferentes situaciones. El problema radica cuando nuestros miedos nos impiden o limitan llevar a cabo nuestra vida con normalidad.
¿Qué son los miedos irracionales?
La sensación de miedo viene producida por un estímulo real que resulta amenazante. Por ejemplo, tenerle miedo a las alturas. Cuando nos encontramos en lugares altos podríamos caer al vacío. Es una situación que amenaza a nuestra supervivencia y en la que es adaptativo sentir miedo. Por el contrario, el miedo irracional es aquel que sentimos ante estímulos que no suponen amenaza para la vida. Sentir miedo cuando vemos un caracol no parece que sea muy adaptativo para nuestra supervivencia aunque el miedo que sentimos es real. Estos miedos son condicionados, es decir, no vienen «de fábrica» sino que son miedos aprendidos. En algún momento de nuestro pasado, sucedió algo relacionado con el estímulo que nos da miedo y aprendimos a tener miedo. Estos miedos, en muchas ocasiones, se pueden volver limitantes a la hora de llevar una vida normal. Tener miedo a los caracoles no parece muy limitante, pues no todos los días vemos caracoles. Pero, ¿qué pasaría si tengo miedo a hablar en público y me gano la vida como profesora? Como psicóloga en Málaga te expongo algunos tips para afrontar estos miedos irracionales.
¿Qué podemos hacer?
Aprender a gestionar nuestros miedos es fundamental para que no nos limiten en nuestro día a día y no dejemos de hacer aquello que es importante para nosotros. ¿Qué podemos hacer para gestionar el miedo?
REONOCER. Conocer nuestros miedos es el primer paso para poder intervenir sobre ellos. Ser consciente de a qué le tengo miedo. Conocer las sensaciones físicas asociadas a la emoción y saber en qué consiste la experiencia de miedo. Cuando soy consciente de todo esto me resultará más sencillo reconocer mi sentimiento de miedo. Si nos familiarizamos con esto, nos resultará más fácil gestionarlo.
ACEPTAR. ¿Qué haces o dejas de hacer para evitar tus miedos? ¿Te está sirviendo de algo? ¿Cómo se ve limitada tu vida? Querer evitar o hacer que desaparezca el sentimiento de miedo es el primer error para poder afrontarlo, sencillamente porque no podemos eliminar emociones. Aceptar que sentimos miedo ante ciertas situaciones o estímulos nos ayudará a poder estar en contacto con aquello a lo que tememos y ver que no pasa nada por ello. La emoción de miedo es solo eso, una emoción y debemos aprender a vivir con ella.
ACTUAR EN FUNCIÓN A NUESTROS VALORES. Seguir haciendo aquello que es importante para nosotros a pesar del sentimiento de miedo. Cuando dejamos de hacer aquello que es valioso para nosotros aparece el malestar. De esta forma, sumamos el sentimiento de malestar a la emoción de miedo, por lo que me sentiré mal doblemente: por sentir miedo y por dejar de hacer aquello que quiero hacer. Debemos pues prender a vivir a pesar de nuestro miedo.
Si necesitas ayuda no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En Casaleiz Psicología estamos a tu lado para cuando nos necesites.
por admin | Sep 27, 2021 | Ansiedad, prevención, psicología
Se podría enumerar una extensa lista sobre las causas que nos pueden llevar a buscar ayuda y terapia psicológica. Pues bien, podríamos resumirlo todo haciéndonos la siguiente pregunta: ¿estoy viviendo la vida que quiero vivir? En muchas ocasiones los problemas psicológicos que nos limitan son fácilmente reconocibles como ansiedad y estrés o estado de ánimo bajo. En otras simplemente nos resignamos a vivir con cierto malestar que ni siquiera sabemos de dónde viene o como manejarlo. Consideramos que no tenemos un problema psicológico como tal pero este malestar nos limita nuestro día a día. Como psicóloga en Málaga sugiero que este sería el momento de plantearnos acudir a consulta.
Indicadores que nos avisan cuándo acudir a terapia psicológica.
Son muchas las señales que nos indican que sería beneficioso para nosotros acudir a terapia psicológica.
Sientes que no puedes hacer frente a las demandas del día a día. Te sientes sin fuerzas, piensas que todo te supera y no te ves capaz de realizar todas las tareas propuestas para el día. Es un sentimiento de incapacidad y hace que termines el día agotado/a.
Tu estado de ánimo es bajo y te sientes triste la mayor parte del día. Hay un sentimiento de tristeza que se apodera de ti y te impide realizar tus actividades diarias. Te sientes mal la mayor parte del día, apático/a y sin fuerzas para hacer nada. Este sentimiento de malestar está haciendo que dejes de hacer aquello que es importante para ti.
Te sientes perdido, estancado y no sabes qué camino seguir. En muchas ocasiones tenemos la sensación de que no sabemos qué hacer con nuestra vida. Nos sentimos perdidos y estancados. Sabemos que necesitamos hacer cambios en nuestra vida pero no sabemos por dónde empezar. Es como una sensación de parálisis que nos impide salir del estado en el que nos encontramos.
Sufres dolor de cabeza, de estómago y/u otros síntomas corporales. Nuestro cuerpo es sabio y en muchas ocasiones nos alerta de que algo no va bien a nivel emocional. Sentir dolores corporales puede ser un indicativo de que algo no va bien dentro de nosotros, a pesar de que no sepamos identificar qué nos sucede.
Sientes falta de autoestima e inseguridad. Sentirnos bien con nosotros mismos es fundamental para nuestro desarrollo emocional. Sientes que no eres suficiente y constantemente te comparas con los demás.
Tus relaciones interpersonales se están viendo dañadas. Muchas veces cuando algo no va bien dentro de nosotros se refleja en el trato que tenemos con los demás. En otras ocasiones nos sentimos descontentos con las relaciones que mantenemos con amigos o familiares, compañeros de trabajo y no sabemos bien cómo solucionar esto.
La importancia de acudir al psicólogo.
De igual manera que acudimos a nuestro médico de cabecera cuando sentimos dolor físico, deberíamos acudir al psicólogo cuando nos sentimos mal emocionalmente. A pesar de que cada vez es más frecuente que las personas acudan a terapia, aún hay mucho recelo y tabús sobre pedir ayuda psicológica.
Lo que está claro y demostrado científicamente es que la terapia psicológica funciona y nos ayuda a solucionar los problemas psicológicos que estemos atravesando en el momento presente. La gestión emocional y de pensamiento, el autoconocimiento y contar con herramientas con las que poder hacer frente a nuestro día a día son fundamentales para cuidar nuestra salud mental.
Si tienes dudas o estás pensando acudir al psicólogo no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En Casaleiz Psicología somos especialistas en problemas de ansiedad. Pide una cita y comienza a cuidar tu salud mental.
por admin | Dic 7, 2020 | psicología
Muchas veces nos encontramos ante situaciones que nos gustaría cambiar … ¡pero no hacemos nada! ¿Por qué? Psicólogo Ansiedad Málaga intenta explicártelo: ¡porque tenemos miedo!
¿Qué es el miedo?
Es una de las emociones fundamentales de los seres vivos. Su función esencial es prepararnos para enfrentar los peligros a fin de garantizar nuestra supervivencia y, más ampliamente, la de nuestra especie.
Miedo, cómo se manifiesta.
Frente a estímulos atemorizantes, nuestro cuerpo produce una hormona, la adrenalina, que induce cambios físicos y mentales que nos preparan para escapar o paralizarnos. Las reacciones corporales del miedo incluyen principalmente:
- boca seca.
- aumento de la frecuencia respiratoria.
-
- tensión muscular aumento de la sudoración.
Estas modificaciones fisiológicas son preparatorias para dos tipos de acciones: ataque o huida. Por lo tanto, ante un evento o una situación que nos asusta, podemos establecer una secuencia de acciones para enfrentarlos de manera activa o podemos retirarnos y evitar el peligro.
En algunas situaciones, la reacción desencadenada por lo que nos causa miedo es la inmovilidad. Nos quedamos quietos, atrapados en sensaciones fisiológicas y pensamientos que parecen abrumarnos. La situación que nos asusta se percibe como aún más aterradora y termina bloqueándonos. El cambio en nuestra posición parece casi imposible.
Cambia lo que podemos cambiar
Los problemas no desaparecen cambiando lo que nos rodea. Si nuestro jefe , por ejemplo, nos da más trabajo, difícilmente podemos revertir su decisión. Lo que podemos hacer es cambiar nuestras creencias sobre esta nueva situación y nuestras acciones.
¡La solución a nuestros problemas está en nuestras manos!
Es natural tener miedo al cambio, pero esto no nos deja atrapados en esta burbuja que no nos protege, sino que exacerba nuestra inmovilidad. No nos detengamos frente a lo que no sabemos solo por miedo al fracaso. No permanecemos inmóviles bajo el pretexto de no tener otra opción.
En cambio, actuamos hacia el cambio sabiendo que podemos mejorar y evolucionar solo cambiando lo que hemos hecho hasta ahora y eso no nos ha permitido lograr los resultados deseados.
El cambio es evolución
La rutina nos brinda estabilidad y seguridad, pero no nos permite avanzar, evolucionar.
Piense en la famosa viñeta de la rueda cuadrada, donde un primitivo ofrece una rueda circular pero no lo escuchan los otros primitivos que empujan el carro con ruedas cuadradas.
Los primitivos que empujan el carrito no se detienen, están demasiado ocupados para poder captar las noticias. Lo mismo nos sucede antes del cambio: ¡podemos elegir seguir empujando el carrito con ruedas cuadradas o escuchar a ese loco que propone cosas redondas extrañas!
Qué hacer cuando el miedo nos detiene
Si el miedo al cambio nos inmoviliza, es útil tratar de imaginar todos los escenarios posibles, mirar todo «como si» el cambio ya hubiera tenido lugar.
Imaginar los detalles nos permitirá refinar las acciones que nos pueden llevar en su dirección.
No debemos temer cometer errores, no cometerlos o no ser lo suficientemente fuertes porque cada uno de nosotros tiene dentro de sí todos los recursos necesarios para enfrentar cualquier situación que pueda surgir.
La teoría de Darwin sobre la evolución de la especie dice que:
“No es la especie más fuerte e inteligente que sobrevive sino la que mejor se adapta al cambio”
Cómo psicólogo en Málaga puedo ayudarte a realizar este cambio. Si lo deseas puedes contactarme a consulta@casaleizpsicologo.es
Psicólogo Ansiedad Málaga
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