por admin | Dic 5, 2022 | Autocompasión, Autoestima
¿Cómo te definirías? ¿Qué etiquetas definen tu personalidad? ¿Qué concepción tienes de ti mismo? A unos nos resulta más fácil que otros describirnos, pero lo que es seguro, es que todos tenemos etiquetas y esquemas mentales sobre nosotros mismos. En este post vamos a ver de qué manera esto nos influye o nos limita en nuestro día a día y en nuestro autoconcepto.
Hablemos de autoconcepto
El autoconcepto es la manera en la que nos percibimos a nosotros mismos. Aquello que pensamos de nosotros, cómo nos describimos, qué cualidades o defectos presentamos… Y para todo ello usamos etiquetas y esquemas mentales en los que encajar y que nos definan. Por ejemplo, podríamos decir que somos amables, extrovertidos, torpes o tranquilos. ¿Qué pasa entonces cuando mi comportamiento no encaja en aquellas etiquetas que “me definen”? Pues que me siento mal conmigo mismo porque no me “reconozco”. Si me considero amable pero un día no ofrezco mi ayuda o si me etiqueto como una persona tranquila y un día le grito a alguien, mi autoconcepto se ve en peligro. Por el contrario, si me creo mi etiqueta de torpe, nunca intentaré nada nuevo porque simplemente soy torpe y no voy a saber hacerlo. Esto nos lleva a ser personas rígidas y no permitirnos cambiar y comportarnos según el contexto y no en función de las etiquetas. Vivir de acuerdo al yo-concepto no tiene sentido.
Autoestima y autoconcepto
Definimos nuestra autoestima en función a nuestro autoconcepto. Es decir, si tengo una imagen de mi pobre y negativa, mi autoestima será baja y viceversa. Si por el contrario me dejara fluir con los acontecimientos y responder a ellos de la manera más adaptativa y no en concordancia a mis etiquetas, mi autoestima no se vería afectada. Cambiemos entonces la manera de hablar y no digamos “yo soy” si no “yo me suelo comportar” de tal o cual manera. Elegir cómo me quiero comportar en diferentes situaciones va ligado a nuestros valores. Como los valores son algo que no cambian de un día a otro, solemos comportarnos de una manera más o menos estable. Pero si un día me comporto de manera diferente no conectaré con ese malestar, pues me permito poder hacerlo. Soy flexible. Así, si un día en una conversación acalorada le grito a alguien (manera en la que no me suelo comportar) no me culpo ni me crítico, si no que pido perdón. Actuando de esta manera en función a mis valores.
La autocompasión
Pasemos entonces de la crítica a la autocompasión. La autocompasión significa ser amables y comprensivos con nosotros mismos, sobre todo ante nuestros fallos y errores. Significa adoptar una visión más amable hacia nosotros mismos, alejarnos del machaque y la crítica continua. Así contribuimos a aliviar nuestro malestar y sufrimiento. Si nuestro comportamiento de aleja de aquel con el que me siento cómodo, lo reconozco y vuelvo a comportarme de acuerdo a mis valores. Sin críticas y permitiéndonos el proceso.
Así que huye de tus etiquetas y compórtate de acuerdo al contexto y a tus valores. El cambio es lo único estable.
Si crees que necesitas ayuda psicológica no dudes en ponerte en contacto con un profesional de la salud mental. En Casaleiz Psicología estamos a tu lado para ayudarte. No dudes en ponerte en contacto con nosotros.
por admin | May 12, 2021 | apego, Autoestima, Dependencia emocional, psicología, Terapia de aceptación y compromiso
¿En qué consiste la dependencia emocional?
La dependencia emocional se describe como un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas en el pasado. Estas necesidades se intentan cubrir en el presente de manera desadaptativa con otras personas. El desarrollo emocional que hayamos tenido es nuestras relaciones pasadas juega un papel fundamental a la hora de desarrollar patrones de dependencia emocional con otras personas. Así, cuando nuestro desarrollo emocional ha sido de tipo seguro y hemos contado a lo largo de nuestra vida con personas que se han mostrado sensibles, atentas y han validado nuestras emociones, será menos probable que dependamos emocionalmente de otros. Nuestras necesidades emocionales se han visto satisfechas y no necesitamos de otros para cubrirlas. La dependencia emocional se puede desarrollar en numerosos ámbitos, ya sea en una relación de pareja, de amistad, con nuestros padres o algún familiar.
Características de la persona emocionalmente dependiente.
Las personas con dependencia emocional suelen ser personas con baja autoestima, inseguras y con sentimiento de inferioridad. No son capaces de reconocer sus necesidades emocionales. Por otro lado tampoco han aprendido en qué consiste una relación sana con los demás. Al no haber contado con un aprendizaje emocional adaptativo en el pasado hace que en el presente se relacionen de manera dependiente con otras personas. Y como nunca es tarde para aprender, este patrón desadaptativo se puede modificar mediante el aprendizaje y la toma de conciencia emocional.
Desde el autoconocimiento personal y emocional podemos aprender a reconocer nuestras necesidades emocionales y poder satisfacerlas por nosotros mismos y no mediante terceras personas. De esta manera podremos disfrutar de otra forma nuestras relaciones personales, de manera sana y adaptativa.
Indicadores para detectar dependencia emocional
En muchas ocasiones no somos conscientes de cuándo nos encontramos en una relación asimétrica con otra persona; de cuándo dependemos emocionalmente de alguien y nos olvidamos de nosotros mismos para atender las necesidades de los demás.
Algunos indicadores que nos pueden alertar que presentamos dependencia emocional son el miedo al abandono, la necesidad de aprobación de terceras personas, obsesión e idealización de la persona de la que dependemos, evitación de conflictos, sentimientos de culpa, conductas de control, subordinación y anulación a favor de la otra persona… Las necesidades de los demás siempre irán primero que las nuestras propias.
En otras ocasiones, a pesar de que nos damos cuenta de todas estas cosas, somos incapaces de cortar la relación con esa persona. Aún reconociendo que esa relación no nos hace bien y no es sana, la dependencia es más fuerte y nos hace seguir en ese círculo vicioso. Esto sucede porque el reforzamiento positivo que nos da esa relación percibido como mayor a los costes de finalizar la misma. Pero, como hemos dicho antes, estos patrones desadaptativos son aprendidos y se pueden modificar.
Si detectas que te encuentras en una relación de dependencia emocional o que este tipo de relaciones son frecuentes en tu vida toma acción y acude a un profesional. Nunca es tarde para cambiar.
por admin | Feb 23, 2021 | Autoestima, psicología, Terapia de aceptación y compromiso
Definiendo autoestima
La palabra autoestima es bien conocida y utilizada por todos en nuestro día a día. Hacemos afirmaciones tales como: «fulanita tiene poca autoestima, debería quererse más», «menganito es muy seguro de sí mismo, tiene la autoestima alta», «no doy la talla como los demás, tengo la autoestima baja». Primero, definamos: es la valoración, percepción o juicio positivo o negativo que una persona hace de sí misma en función de la evaluación de sus pensamientos, sentimientos y experiencias. Solemos valoramos a nosotros mismos y a nuestra autoestima en función de los demás y en función a lo que hacemos y no hacemos en comparación con los otros, suponiendo que el éxito en la vida está asociado a una alta autoestima.
La sociedad en la que vivimos no nos lo pone precisamente fácil. Las redes sociales y mostrar una faceta de nosotros mismos en la que se nos perciba como seguros, felices y exitosos; el culto a la imagen corporal; tener que sobresalir en el trabajo para que se valoren tus logros… Dedicamos mucho tiempo a la imagen que queremos proyectar de nosotros mismos, qué ve el otro en mí pero, ¿qué es lo que verdaderamente necesitamos o queremos de nosotros mismos? ¿Qué necesito yo (y no lo que digan los demás de mí) para crear y mantener mi autoestima?
¿Cómo influye en nosotros tener buena autoestima?
La autoestima es algo que nos influye de manera global en todos los aspectos de nuestras vidas: en el trabajo, en las relaciones con los demás, en nuestro autoconcepto… Tener una buena autoestima y un autoconcepto firme de nosotros mismos es fundamental para una buena salud menta. A veces somos conscientes de que nuestra autoestima se está viendo minada, que se ha producido un cambio en nosotros y queremos recuperarla; otras veces no nos damos cuenta de que nuestra autoestima y amor propio es pobre, pues ha sido la manera de funcionar que hemos desarrollado siempre.
Algunas conductas que nos pueden hacer darnos cuenta que nuestra autoestima es pobre son: compararnos con los demás, no reconocer nuestros logros, nos cuesta tomar decisiones y somos influenciables por la opinión de otros, priorizamos las necesidades de los demás a las nuestras, le damos mucha importancia al aspecto físico, nos sentimos mal en nuestras relaciones con los otros… Todo esto nos influye en nuestro día a día y en muchas ocasiones nos aleja de la vida que realmente nos gustaría vivir.
Buscar ayuda
Es muy fácil decir o pensar que debemos tener mejor concepto de nosotros mismos y que deberíamos querernos más a nosotros mismos o decirle estas mismas palabras a alguna persona que consideramos que tiene la autoestima baja. La realidad es mucho más compleja. Si fuera tan fácil tener una buena autoestima todos la tendríamos. La educación emocional y de autoconcepto que hayamos tenido de pequeños y nuestras experiencias en la vida han hecho que nos hayamos creado una imagen de nosotros mismos. Esto no quiere decir que no se pueda modificar y ajustar. Acudir al psicólogo para que nos ayude a construir una mejor versión y más ajustada de nosotros mismos es un gran paso a tomar. En Casaleiz Psicología trabajamos con Terapia de Aceptación y Compromiso.
El autocuidado y ser amables con nosotros mismos es un pilar fundamental. Dedícate unos momentos al día para tí mism@ y háblate con amabilidad y bondad. Es un primer paso.
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