¿Qué es la apatía?

La apatía es un estado de ánimo en el que la persona que lo sufre siente desinterés, falta de motivación y entusiasmo por los diferentes aspectos de la vida. Seguramente todos nosotros nos hemos sentido apáticos en algún momento, sin ganas de hacer nada a pesar de tener la obligación de hacerlo. Cuando nos encontramos en un estado de apatía es muy frecuente sentir falta de motivación, desilusión y desinterés y por ello dejemos de hacer las cosas con las que antes disfrutábamos.

La apatía puede estar relacionada y puede ser síntoma de otras enfermedades y trastornos psicológicos. Por ejemplo, es uno de los principales síntomas que sufren las personas con depresión. También es muy frecuente en las personas que sufren demencia o alzheimer. El desgaste diario sufrido por la ansiedad y el estrés nos puede llevar a este estado de ánimo apático, en el que no nos apetece atender a más demandas. Otro tipo de enfermedades como la anemia o infecciones también pueden provocar estados de apatía.

¿Cómo funciona la apatía?

Como ya hemos comentado anteriormente, la apatía hace que nos encontremos en un estado de ánimo bajo, caracterizado por la falta de motivación e interés para realizar nuestras actividades diarias. Algunas de las actividades que dejamos de lado son obligaciones y tareas importantes que no podemos desatender, como por ejemplo el trabajo. Esto nos puede traer consecuencias importantes. Por otro lado dejamos de atender también nuestros hobbies y actividades que son gratificantes para nosotros. Esto hace que dejemos de sentir satisfacción y gradualmente dejemos de hacer aquello con lo que antes disfrutábamos.

El problema de todo esto es que cuantas más cosas dejemos de hacer, menos oportunidades tendremos de ser recompensados y poder experimentar sensaciones agradables y, por lo tanto, menos ganas tendremos de hacer cosas. Esto es a lo que llamamos círculos viciosos: como no tengo ganas de hacer nada no hago nada y como no hago nada no tengo ganas de hacerlo.

Otro factor importantes es que la persona que se siente apática está esperando a recuperar su ánimo y sus ganas para volver a retomar aquellas cosas que ha dejado de hacer. Y así, puede estar indefinidamente esperando a que esas ganas vuelvan. ¿Cuánto tiempo puede sacrificar una persona esperando este cambio? ¿Y si las ganas nunca vuelven? ¿Vamos a dejar de llevar la vida que deseamos llevar? ¿Y si le damos la vuelta a la tortilla y empezamos a hacer cosas a pesar del sentimiento de apatía? 

La activación conductual

Como ya sabemos, el sentimiento de apatía provoca que dejemos de hacer aquellas cosas importantes para nosotros. Debido a esta falta de actividad podemos experimentar otras muchas emociones como tristeza, ansiedad o vacío. Todo ello hará que según avance el tiempo nos sea más difícil salir de este estado anímico. La activación conductual es un tipo de terapia psicológica que nos ayuda a salir de esta situación.

La activación conductual propone poner de nuevo en marcha a la persona, hacer que retome poco a poco las cosas que ha dejado de hacer y ayudarla a reconectar con las sensaciones de bienestar que experimentaba cuando hacía estas cosas. Se debe empezar por objetivos sencillos y fáciles de cumplir para la persona y gradualmente ir añadiendo tareas. El objetico final es recuperar la vida que la persona llevaba anteriormente. Entre terapeuta y paciente se elaborará la lista de tareas. Es fundamental que los objetivos sean claros y asequibles para que la persona se pueda comprometer a llevarlos a cabo. De esta forma de rompen los círculos viciosos y la persona puede retomar su vida. Por otro lado también es muy importante trabajar a su vez la gestión emocional durante la terapia.

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