Las emociones y su gestión.

Las emociones y su gestión.

Las emociones son aquello que sentimos ante un estímulo. La presencia de una persona o un acontecimiento genera en nosotros una respuesta emocional. Esta respuesta emocional también se manifiesta en nuestro cuerpo de manera física. Por ejemplo podemos sentir cómo se nos acelera el corazón en una situación de ansiedad, cómo se me crea un nudo en la garganta cuando siento pena o como nos sube una sensación de calor ante el enfado. Conocer cuáles son mis emociones y cómo se manifiestan es fundamental para una buena gestión emocional.

Autoconocimiento emocional

Conocer nuestro mundo interno y qué está sucediendo dentro de nosotros es la clave para poder autorregular nuestro estado emocional. Para ello es útil explorar a lo largo del día cómo me estoy sintiendo o qué me hace sentir determinada situación. Es importante parar, tomarnos un tiempo para nosotros mismos y poder identificar qué emociones estoy sintiendo. Sólo desde el autoconocimiento y la consciencia de lo que sucede puedo gestionar mis emociones. Aquello de lo que no soy consciente pasará desapercibido y no podré intervenir sobre ello, quedando así a merced de mis emociones.

 

La evitación experiencial

El mayor problema con respecto a la gestión emocional es la evitación experiencial. Queremos evitar sentir determinadas emociones que calificamos como “negativas” y hacemos todo lo posible por huir de ellas. No estamos dispuestos a entrar en contacto con ellas. La trampa de todo esto es que no podemos escapar de nuestras emociones, por mucho que luchemos contra ellas y las queramos modificar. Por ello, la única solución es aceptar aquello que sucede dentro de mí. Aprender a quedarnos en presencia de nuestras emociones y ver qué podemos aprender de ellas. Si abandonamos la lucha, tendremos una oportunidad para su gestión hacia un resultado más adaptativo.

 

La gestión emocional

Como se ha comentado antes, para una buena gestión emocional, primero debemos conocer y ser conscientes de cómo nos estamos sintiendo y que emoción estamos experimentando. Mantenernos abiertos a nuestras emociones y sin juicio sería el primer paso. Una vez que aceptamos nuestra emoción debemos fomentar un pensamiento reflexivo sobre aquello que me está haciendo sentir así y las decisiones derivadas que pueda tomar con respecto a la situación. Es importante que determinemos cuál será la actuación que queramos llevar a cabo, a pesar de cómo nos estemos sintiendo. De esta manera podremos seguir comprometidos con aquello que es importante para nosotros y no actuar en función de la emoción que esté experimentando. Así puedo decidir seguir comprometida con hacer deporte a pesar del sentimiento de pereza que pueda sentir, por ejemplo.

Expresar nuestras emociones también es importante para su autorregulación. Exteriorizar a otra persona como me siento, escribir, hacer deporte, cocinar, llorar, escuchar música… son formas diferentes de expresión y liberación emocional.

Por otro lado, la práctica de mindfulness también es una buena herramienta para la gestión y autorregulación emocional.

 

Si crees que necesitas ayuda psicológica no dudes en ponerte en contacto con un profesional de la salud mental. En Casaleiz Psicología estamos a tu lado para ayudarte. No dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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