
Cuidar de nosotros mismos. La autocompasión
¿Te suena la palabra autocompasión? ¿Qué haces para cuidar de ti mismo y de tu salud mental? ¿Cuántos mensajes de crítica puedes darte a lo largo del día? ¿Eres tu peor enemigo? En este post vamos a ver cómo nos puede beneficiar ser más autocompasivos y cuidar de nosotros mismos.
Definición de autocompasión
La autocompasión significa ser amables y comprensivos con nosotros mismos, sobre todo ante nuestros fallos y errores. Significa adoptar una visión más amable hacia nosotros mismos, alejarnos del machaque y la crítica continua. Así contribuimos a aliviar nuestro malestar y sufrimiento desde la raíz, es decir, de manera intrínseca y no atribuyéndolo a factores externos que no depende de nosotros.
Los primeros pasos hacia la autocompasión pasan por aceptar lo que nos está pasando. Darnos cuenta que cómo humanos, igual que otras personas, también nos equivocamos, cometemos errores y no siempre las cosas suceden cómo me gustaría. Aceptar ese sufrimiento y ser amables y compasivos con nosotros mismos, de igual forma que lo seríamos con alguien que está pasando por una situación similar a la nuestra. Ser compasivos con nosotros mismos también pasa por ser compasivos con los demás.
Por otro lado debemos diferenciar entre autocompasión y autocompadecernos. Ser autocompasivos implica aceptar mi situación y ser amable conmigo mismo, permitirme el error. Autocompadecernos es entrar en una actitud de queja, de lástima y victimismo que mucho se aleja del alivio de nuestro sufrimiento.
La autocompasión también se asocia con una mayor capacidad de recuperación emocional, con autoconceptos más precisos, con comportamientos de relación más solidarios, así como con un menor narcisismo y con menor ira reactiva. Pero, cómo puedo ser más autocompasivo? Aunque parezca difícil es una habilidad que podemos entrenar.
¿Qué puedo hacer para ser más autocompasivo?
Cuidar de nosotros mismos y practicar la autocompasión supone asumir en muchas ocasiones un cambio de perspectiva. Aprender a relacionarnos con nosotros mismo de otra forma y desliteralizar parte de nuestro contenido mental y las críticas que nos dirigimos.
Humanidad. Ser conscientes y darnos cuentas que todos somos seres humanos y todos compartimos el sufrimiento. Que no estamos tan lejos los unos de los otros y que lo que sufre otra persona es parecido a lo que estoy sufriendo yo.
Amabilidad. Comienza a ser más amable contigo mismo. Bajo el concepto de humanidad, al igual que serías amable con otra persona que está sufriendo, se amable también contigo mismo. Cambia el lenguaje que empleas contigo hacia un lenguaje más amable, escucha tus necesidades y comienza a darte amor.
Amplia el foco. Ampliar el foco significa relativizar el problema, verlo desde una perspectiva mucho más amplia y valorando otras posibilidades y otros factores que hayan entrado en juego. Así podremos darnos cuenta que nuestros «fallos» no son tan categóricos como creíamos.
Aceptar. Aceptar que nuestras emociones son valiosas, nos gusten más o menos. Relacionarnos con ellas de una forma más abierta, sin querer o hacer que se marchen, abrazándolas y dándoles su lugar.
Mindfulness. Practicar mindfulness nos conecta al momento presente. Nos hace más conscientes de nuestro mundo interior pudiendo así gestionar más fácilmente aquellas situaciones y emociones difíciles en las que me encuentro.
Como hemos comentado antes, la autocompasión es un habilidad que se puede entrenar y adquirir. Si no estás pasando por un buen momento, necesitas ayuda y nuevas formas de gestionar tu sufrimiento, no dudes en ponerte en manos de un profesional de salud mental.
En Casaleiz Psicología somos especialistas en problemas de ansiedad y gestión emocional. Pide una cita con nosotros, estamos a tu lado para ayudarte.
Comentarios recientes